Cada vez que un burócrata tiene la oportunidad de reestructurar alguna oficina o servicio del Estado la solución es aumentar los costos y ser menos eficientes, una idea rechazada de antemano por los consumidores y contribuyentes, pero estos políticos escogidos a dedo se presentan como hombres exitosos de negocios, siempre tienen un plan, por supuesto partidista para mejorar los servicios públicos, aunque consisten en subir los precios y menos atención. Ahora le toca el turno al Servicio Postal de los Estados Unidos por su siglas en inglés USPS.
El nuevo plan va acorde con el proceso inflacionario que estamos viviendo se espera un incremento en los precios de las estampillas y servicios, aunque este último afectaría las entregas de las cartas pasando de 2 días a 5 días en todo el país según informó el diario Wall Street Journal.
El USPS está tratando de lograr sus objetivos de servicio estando por debajo de la media en un 89,7% cuando debería estar a nivel de sus competidores privados del 96%, con más de 30 mil locales alrededor del país a pesar que no piensan cerrar ninguno de ellos, cuando se pueden observar fácilmente un bajo número de clientes y cambios de tendencia en el consumidor.
Siempre nos dicen que el USPS es historia, reputación para el gobierno de EE.UU. Fue autorizado por el Congreso del país en 1789, pero nunca con la intención de convertirlo en un monopolio estatal.
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