En ningún momento de la historia humana, el planeta había llegado a tener tantos gases de efecto invernadero como lo está hoy en día. Según los datos del Observatorio Mauna Loa que está ubicado en Hawai, la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera alcanzó este fin de semana más de 415 partes por millón (ppm), mucho más que en cualquier otro momento de los últimos 800.000 años.
Las reacciones no se han hecho esperar: el meteorólogo Eric Holthaus lanzaba un mensaje en su cuenta de Twitter muy explicativo: “Ésta es la primera vez en la historia humana que la atmósfera de nuestro planeta ha tenido más de 415 ppm de CO2. No sólo en el tiempo del que tenemos registros, no sólo desde la invención de la agricultura hace 10.000 años. Desde antes de que existieran los humanos modernos hace millones de años. No conocemos un planeta como éste”.
Los efectos devastadores de la presencia de dióxido de carbono en la atmósfera ya se están haciendo notar. La temperatura global del planeta ha subido ya un grado y sigue aumentando. Sin embargo, nadie parece pensar en las consecuencias que ese aumento del termómetro puede provocar a nivel global.